Bendecida con una exuberante arquitectura renacentista y barroca, Puebla es una ciudad Patrimonio de la Humanidad en una cuadrícula de calles trazada en 1531.
Esta parcela de tierra, rodeada de gigantescos estratovolcanes, fue elegida por los primeros colonos de México como un punto intermedio entre Veracruz en el Golfo y Ciudad de México.
El Centro Histórico está repleto de iglesias de la época colonial, como la obra maestra barroca de la Capilla del Rosario.
Dos mansiones coloniales contienen el Museo Amparo, uno de los mejores museos del país, que documenta 4500 años de la historia de México.
Puebla tiene su propio estilo de cerámica colorida, conocida como Talavera, y también es el lugar donde se inventó la salsa dulce y picante de mole poblano.
Exploremos las mejores cosas para hacer en Puebla:
1. Museo Amparo
A la altura de los museos más prestigiosos de México, el Museo Amparo narra la historia de México desde el 2500 a. C. hasta la actualidad.
El museo se encuentra en dos complejos coloniales con un anexo moderno, un escenario propicio para un viaje por el pasado de la nación.
Muchos de los artefactos fueron curados a lo largo del siglo XX por el empresario Manuel Espinosa Yglesias.
Las colecciones prehispánicas son vastas y cuentan con estelas, cerámicas, utensilios cotidianos, esculturas y altares de multitud de civilizaciones, entre ellas mayas, olmecas, aztecas y mixtecas, pero también totonacas, teotihuacanas, huastecas y zapotecas.
Las pantallas ofrecen un contexto adicional al señalar lo que estaba sucediendo en el resto del mundo mientras florecían estas culturas.
También se presentan por tema, y no por cultura, por lo que si tiene curiosidad sobre la historia precolombina, obtendrá una imagen completa.
2. Capilla del Rosario
En el Templo de Santo Domingo se encuentra una capilla que se considera la cúspide del Nuevo Barroco Español.
Después de que se terminó en 1690, la Capilla del Rosario incluso fue promocionada como una octava maravilla del mundo.
Casi todas las superficies de esta capilla con bóveda de cañón están cubiertas de estuco, moldeadas en patrones desconcertantemente complicados y adornadas con pan de oro.
En la decoración se esconden imágenes policromadas de santos, mientras que el altar sostiene la imagen de Nuestra Señora del Rosario en baldaquino bajo columnas salomónicas.
Las paredes de la capilla tienen pinturas barrocas que evocan los belenes: Anunciación, Visitación, Nacimiento de Jesús, Adoración de los Reyes Magos, Presentación y Cristo entre los Doctores.
Debajo de estas obras las paredes están revestidas con coloridos azulejos hechos en Puebla con la técnica de Talavera.
3. Catedral de Puebla
Iniciada en 1575 y terminada en 1690, la catedral de Puebla forma parte del Patrimonio de la Humanidad que abarca el Centro Histórico de la ciudad.
El edificio es de estilo herreriano, en la transición entre el Renacimiento y el Barroco y abunda en tallas de madera, orfebrería, pintura, objetos litúrgicos y cantería de gran calidad.
El magnífico altar mayor (Altar de los Reyes) es el lugar de enterramiento de varios obispos de Puebla y fue diseñado por el arquitecto y escultor neoclásico del siglo XVIII Manuel Tolsá.
Sobre éste, en la cúpula del ábside, se encuentra una gloriosa pintura al temple de 1688 del artista barroco Cristóbal de Villalpando.
Representando el Triunfo de la Eucaristía, es una de las pocas pinturas al temple que se conservan en México.
4. Zócalo de Puebla
Esencialmente el lugar donde se fundó la ciudad en 1531, el Zócalo es la plaza central de Puebla.
La catedral está en el lado sur de la plaza, mientras que al norte está el Palacio Municipal (Ayuntamiento), que está en el arcén de una encantadora galería comercial, el Pasaje del Ayuntamiento.
En tres lados las casas de estilo colonial y los edificios municipales están porticados, y la mayoría de las propiedades privadas son restaurantes.
Puede comenzar el día en un restaurante viendo cómo la plaza cobra vida durante el desayuno.
Entre las palmeras, los cipreses y los jardines formales de la plaza hay vendedores de globos y limpiabotas, y en el centro hay una fuente barroca de 1777.
5. Museo Internacional del Barroco
Este nuevo museo tiene que ver con el barroco, el estilo de arte, arquitectura y música que definió gran parte de los siglos XVII y XVIII en Europa y el Nuevo Mundo.
El edificio del museo fue diseñado por el ganador del Premio Pritzker, Toyo Ito, inspirándose en las nociones barrocas de movimiento, el contraste de luces y sombras (claroscuro) y la relación entre el hombre y la naturaleza.
No espere montones de arte y artefactos barrocos, ya que el museo es más conceptual y explora los orígenes religiosos (contrarreforma), la filosofía y las fuerzas impulsoras detrás del movimiento barroco.
Hay estudios de maravillas barrocas como la Basílica de San Pedro en Roma, la Abadía de Ottobeuren en Baviera y la Capilla del Rosario de Puebla.
También es interesante la maqueta de Puebla en su apogeo barroco de 1754.
6. Fuertes de Loreto y Guadalupe
En lo alto del cerro Acueyametepec protegen el centro antiguo dos fuertes del siglo XIX de la época de la Segunda Intervención Francesa en México (1861-1867).
Reciben el nombre de la Virgen de Loreto y la Virgen de Guadalupe, remontándose a las ermitas que se habían fundado en este lugar en el siglo XVI.
Vieron acción en la Batalla de Puebla en 1862 cuando ayudaron con éxito a defender la ciudad contra el ejército francés.
La historia de esa batalla se cuenta en el museo que se encuentra dentro del Fuerte de Guadalupe, mientras que ambos edificios están repletos de armas, documentos, retratos y uniformes de la época.
El parque de Acueyametepec merece un paseo y tiene vistas panorámicas de Puebla.
7. Biblioteca Palafoxiana
Establecida en 1646, la Biblioteca Palafoxiana fue la primera biblioteca pública del México colonial, y bien podría ser la más antigua de toda América.
En un largo salón con bóvedas de crucería en su techo se encuentran estantes de madera tallada, de tres pisos de altura, cargados con 41.000 libros, manuscritos y documentos como mapas originales de la época del conquistador Hernán Cortés en el siglo XVI.
La biblioteca fue fundada por Juan de Palafox y Mendoza, hijo ilegítimo de la nobleza aragonesa, quien se unió al clero y ascendió a obispo de Puebla entre 1640 y 1655. Algunos de los muchos volúmenes están expuestos.
Debido a la gran antigüedad de la biblioteca, los estudiosos ahora necesitan solicitar permisos para poder estudiar en la Biblioteca Palafoxiana.
8. Estrella de Puebla
En Puebla de Zaragoza, al poniente del centro de Puebla, se encuentra un complejo que integra el Parque Lineal, el Ecoparque Metropolitano y el Jardín del Arte.
El Angelópolis Lifestyle Center aquí es el centro comercial más grande de la ciudad, con más de 150 tiendas.
Pero la estrella del espectáculo es la Estrella de Puebla, oficialmente la rueda de observación portátil más grande del mundo.
Colocada en 2013, esta noria tiene 80 metros de altura y tardará 20 minutos en completar una rotación en una de sus góndolas selladas.
Si desea empujar el bote, puede viajar en una de las cuatro góndolas de lujo, que tienen pisos de vidrio y asientos de cuero.
Cuando hace buen tiempo, los hitos naturales a destacar son el volcán Malinche al noreste y los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl al oeste.
9. Mercado de Parián
La plaza San Roque al noreste del Zócalo data de 1805 y en 1961 se convirtió en un mercado permanente de artesanías.
Más que un lugar para comprar souvenirs, el Mercado de Parián es un lugar para entrar en contacto con el saber hacer tradicional de Puebla.
Hay docenas de puestos que venden cerámica de Talavera, y Puebla es uno de los únicos cinco lugares en México (cuatro de los cuales están en el estado de Puebla), donde estas cerámicas se pueden producir auténticamente.
Así que si compras algo te llevarás un pedacito de Puebla a casa.
Entre las otras artesanías que se venden en el Mercado de Parián se encuentran artículos de cuero, textiles, velas, peltre, trabajos en cobre y títeres.
Continúe con una visita al Barrio del Artista contiguo, que tiene galerías, tiendas de arte y cafés.
10. Iglesia de Santa María Tonantzintla
Minutos al oeste del centro de Puebla, en el municipio de San Andrés Cholula se encuentra una iglesia de la época colonial con un extraordinario estilo barroco folclórico, mezclando lo indígena con las tradiciones católicas.
La Iglesia de Santa María Tonantzintla fue construida por etapas desde el siglo XVI hasta el siglo XIX, y su clero franciscano dio rienda suelta a su congregación indígena recién evangelizada para decorar el interior.
El resultado es una masa de escultura policromada de rostros, frutas, flores y plantas, sin dejar un centímetro al descubierto.
Si quisieras contar la multitud de caras en el techo estarías aquí por días.
En cuanto al significado, podría ser una glorificación de la Virgen María, pero también puede ser el cielo de Tlaloc (el dios azteca de la lluvia).
En cuyo caso ese mar de rostros no sería de ángeles, sino de ahogados y relámpagos reencarnados en el cielo.
11. Calle de los Dulces
La Avenida 6 Oriente, que comienza justo después del Templo de Santo Domingo, ha sido apodada Calle de los Dulces, ya que cuenta con más de 40 tiendas que elaboran dulces tradicionales.
Estos se remontan al convento de Santa Clara, cuyas monjas idearon todo tipo de recetas en la época colonial.
Hay algunas delicias a tener en cuenta, empezando por Los camotes de Puebla.
Son una mezcla colorida de camote y azúcar, enrollados en forma de salchicha, aromatizados con jugo de limón y envueltos en papel encerado.
Las tortitas de Santa Clara son pequeñas tartaletas con un relleno dulce de calabaza (calabaza de invierno), mientras que los muéganos son bocados dulces y crujientes con sabor a canela y ligados con miel.
12. Casa de los Muñecos
En la primera cuadra al noreste del Zócalo se encuentra una hermosa casa barroca del siglo XVIII con una fachada adornada con azulejos y relieves esculpidos.
Lo más destacable es el conjunto de 16 mosaicos que representan extraños personajes captados en movimiento.
Todo tipo de leyendas giran en torno a estas figuras, conocidas como los Muñecos. Las ménsulas sobre los mosaicos tienen bustos y atlas que sostienen la cornisa ondulada, adornada con gárgolas.
La Casa de los Muñecos es la sede de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y también alberga el museo universitario.
En las galerías se encuentran instrumentos científicos antiguos, muebles, yeserías y obras de arte de destacados pintores como José Luis Rodríguez Alconedo y Cristóbal de Villalpando.
13. Museo de la Revolución Mexicana
También conocida como la Casa de los Hermanos Serdán, este museo se encuentra en la casa del siglo XVII de la familia Serdán, quienes fueron figuras prominentes al comienzo de la Revolución Mexicana (1910-1920).
Eran miembros del movimiento Antirreeleccionista contra el presidente Porfirio Díaz y apoyaron el llamado al levantamiento armado del candidato proscrito Francisco I Madero.
Cuando el gobierno Díaz se enteró de los planes revolucionarios de la familia Serdán asaltaron la casa, asesinando a los hermanos Aquiles y Máximo Serdán y alrededor de 12 de sus cohortes, llevándose en custodia a las mujeres de la familia.
La fachada de la casa todavía está llena de agujeros de bala y el interior está intacto.
Las habitaciones que dan a la calle tienen muebles dañados por el tiroteo, y hay relieves de bronce modernos de los hermanos y su hermana Carmen en el escondite subterráneo de la casa, la «Sala del Sacrificio».
14. Africam Safari
El parque de safari más grande de América Latina está a menos de media hora del Centro Histórico de Puebla.
La atracción tiene como objetivo recrear los hábitats africanos lo más fielmente posible.
Los animales deambulan libremente en recintos enormes y podrás observarlos desde tu propio automóvil o en un autobús guiado.
El hábitat está inspirado en el delta del Okavango de Botswana y tiene especies de sabana como impalas, jirafas, elefantes africanos, avestruces y lémures.
Hay un Serengeti, reservado para leones, y el Kalahari, para rinocerontes blancos, cebras, ñus y búfalos del Cabo.
The Adventure Zone es más como un zoológico tradicional y tiene X-Mahana, una atracción de mariposas con temática maya, un jardín botánico, recintos para canguros y canguros y terrarios para reptiles, insectos y anfibios.
15. Cantona
A una hora en la carretera al noreste de Puebla, Cantona es un sitio arqueológico convincente.
Ubicada en una ruta comercial que conectaba el Altiplano Central de México y la Costa del Golfo, fue la ciudad prehispánica más grande de Mesoamérica.
Cantona fue uno de una serie de centros regionales que se destacaron después de que Teotihuacan perdió la hegemonía en la segunda mitad del primer milenio d.C.
Lo que es alucinante es que a pesar de que el sitio cuenta con 12 kilómetros cuadrados de pirámides bajas, 3000 patios, casas y una acrópolis con templos alrededor, se cree que solo el 1% del sitio ha sido descubierto.
En Cantona se han excavado un total de 24 canchas de juego de pelota, más que en cualquier otra ciudad mesoamericana.
La magnitud total del sitio queda clara una vez que escalas la acrópolis, mientras que hay un pequeño museo que detalla los orígenes y la historia de Cantona.
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